“¿Cómo se define en una sola palabra este título?”. “Hambre, eso”. La respuesta de un jugador de Estudiantes es contundente.
Contra un equipo lleno de juveniles, prevaleció la experiencia. La de Luciano Lollo (37 años), la de José Sosa (38), la de Guido Carrillo (32), la de Federico Fernández (35) o la de Fernando Zuqui (32). El que afirma que siguen con hambre es Enzo Pérez, el volante multicampeón con River que volvió al "pincha" hace un par de meses y que ahí nomás volvió a ganar un título.
La insaciabilidad del equipo de Eduardo Dominguez es envidiable. Hace seis meses fue campeón de la Copa Argentina; ahora consiguió otro título local mientras juega torneos internacionales y a falta de siete meses para que finalice el 2024 ya se aseguró un 2025 con participación en la Copa Libertadores.
“Siempre lo digo, Estudiantes tiene que jugar la Libertadores siempre. Nos pone contentos haber logrado ese objetivo, pero vamos a seguir en este camino”, anticipa Carrillo, que fue el hombre de los goles importantes para el “pincha” en esta edición de la Copa de la Liga.
“Era una final y siempre es difícil jugarlas, pero Estudiantes es así. Nosotros nunca tiramos la toalla”, agregó el delantero que también retornó a Estudiantes para festejar títulos.
El partido contra Vélez fue similar al camino que hizo el conjunto de La Plata para quedarse con la copa. Se podría decir que es el resumen perfecto del título.
Así como en esta final ante Vélez, Estudiantes comenzó la Copa de la Liga con una seguidilla de muy buenos resultados que lo posicionaron como candidato. Luego hubo un tramo del certamen en el que bajó el nivel, con tres derrotas consecutivas (contra Platense, Sarmiento de Junín y Defensa y Justicia), pero cuando se enderezó terminó celebrando. Como ayer en la final en el estadio “Madre de Ciudades”, que terminó siendo casi una sucursal del centro de La Plata.
“Disfrutamos mucho el camino; fue largo. Fueron seis meses de trabajo y el objetivo siempre fue estar entre los cuatro primeros”, dijo el goleador.
El “pincha” es uno de los pocos equipos que tiene su mística bien definida. Ya nadie se sorprende cuando los hinchas festejan un lateral casi como un gol y todo el estadio empieza a gritar “Estudiooo, estudioo”. Esa identidad que se terminó de acentuar con Carlos Salvador Bilardo (siempre es recordado al grito del “es el equipo del ‘Narigón’” que todavía se escucha en las tribunas) y parece encajar a la perfección con el tipo de juego de Eduardo Dominguez, que en pocos meses ya cosechó dos títulos en Estudiantes. “Esta institución te abraza, te marca. No se puede explicar, pero se acopló muy bien al club y los resultados están a la vista. No quiero hablar sobre quién es más grande que quién, para eso están los hechos. Nosotros debemos seguir creciendo”, expresó el delantero.
Pérez, uno de los tantos líderes de este equipo campeón. Festejó alocadamente en el campo de juego, pero fue mesurado a la hora de declarar. “Aquí nadie vino a reemplazar a nadie, todos sumamos nuestro granito de arena. Eso es importante. Llegué a un equipo campeón y fue importante el llamado de Eduardo porque tenía ofertas para ir a otros equipos, pero me terminó convenciendo. Que alguien te llame en vacaciones habla muy bien y yo le dije que quería demostrar en la cancha. A pesar de mis 38 años, creo que lo hice bien”, explicó el ex volante de River, quizás enviando un mensaje entre líneas a su ex entrenador Martín Demichelis, con quién tuvo diferencias que derivaron en su salida del “millonario”.
Los festejos del campeón se extendieron hasta cerca de las 21 en el estadio “Madre de Ciudades”. Entre los futbolistas que no estuvieron convocados figuraba Bautista Kociubinski, con pasado reciente en Atlético. Sin embargo, luego de una breve atención a la prensa por parte de Carrillo, de Pérez y de Mancuso (con redoblante en mano y con casi todo el cotillón a cuestas), la delegación se subió al micro que los trasladó al aeropuerto.
Las bromas no faltaron, justo cuando Eros Mancuso (autor del gol en los 90 minutos) empezaba a brindar su declaración. Fue ahí cuando el “trencito” de la alegría se lo llevó en dirección al colectivo. “Lo de Matías fue increíble, antes de los penales nos dijo que él…”, había dicho el lateral cuando fue interrumpido y, con una sonrisa de oreja a oreja, dejó a todos expectantes.